sábado, noviembre 18, 2006

¨Afilando tu guadaña me esperás...¨



¨La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.¨
François Mauriac

Creo que me vió chavacanamente despreocupado. Pudimos habernos cruzado alguna vez, tal vez nuestros hombros rozaron, pero de veras que nunca sentí su presencia lúgubre y hostigadora. Siempre estuve consciente de que existía, pero supongo que lo había olvidado. Sí, lo olvidé, te olvidé...

¨La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.¨
Jorge Luis Borges

...¿fue por venganza? ¿por despecho? No, no soy tan importante, menos yo que intento pasar lo mas desapercibido posible en todo este viaje. Pura coincidencia, en el momento mas pacífico de mi corta existencia le clavó su guadaña despiadadamente de la manera mas certera y criminal, le despojó su alma de cuajo, sin segunda oportunidad, sin posibilidad de hacer hoy lo que finalmente no podría hacer mañana, impidiole despedirse de los suyos, de nosotros...

¨La muerte para los jóvenes es naufragio y para los viejos es llegar a puerto.¨
Baltasar Gracián

...me abrió los ojos, de la manera mas paranóica que jamás conocí. Hoy soy feliz y por eso vivo angustiado. De un feroz sopapo hizo que no lo vuelva a descuidar como antes en el sitio mas recóndito de mi cerebro. Hoy está ahí, presente, dia tras día, riendo con saña, sabiendo que nadie puede escapar del alcance de su guadaña mortal, y yo consciente ya de que ninguno de los mios está a salvo. Quisiera poner el pecho cuando su guadaña perfore otra vez, sería muy doloroso para vivirlo de nuevo, pero no depende de mi, nunca dependió de mi. Pasaron 5 años exactos desde que dejó de vivir ante nuestros ojos para vivir por siempre en nuestro recuerdo. Día en que cambió para siempre mi forma de ver la vida, años en los que no paré de extrañarte nunca Pelado.

miércoles, noviembre 08, 2006

El Negador de Milagros

Chu Fu Tze, negador de milagros, había muerto; lo velaba su yerno.
Al amanecer, el ataúd se elevó y quedó suspendido en el aire, a dos cuartas del suelo. El piadoso yerno se horrorizó.
-Oh, venerado suegro -suplicó- no destruyas mi fe de que son imposibles los milagros.
El ataúd, entonces, descendió lentamente, y el yerno recuperó la fe.

¨Anónimo chino¨