Morir todavía

Uff. Qué dificil se hace a veces. Probablemente sea yo solo, o no, no lo sé. Esos días que uno despierta, que piensa el día que tiene por delante, las mismas responsabilidades, la misma rutina, la misma gente, lo mismo, todo lo mismo. Y ese irrefrenable deseo de no hacer, ni siquiera nada, no hacer, no ser. Tal vez morir por un día, no existir, dejarlo pasar, vivir 364 días en el año y saltearse ese, que no hay ganas, no hay voluntad, no hay nada, ni siquiera ganas de hacer nada. Simplemente no estar, mudarse a lo desconocido, abrazarse a lo inexistente, traspasar la frontera de lo real. Pero no, no se puede, y hay que seguir, hay que hacer, hay que estar. Tal vez mi alma se renueve mañana, o no, tal vez se cure hoy antes de dormir. O tal vez perdure mas tiempo, pero de ser asi tomaré mi otra alma y la estrecharé fuerte a mi corazón, que no sé si curará, pero sin dudas que ayudará a sanar.